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Mtro. Luis Flores Javier

Actitud positiva y fortaleza ante la vida

Entrevistamos al Maestro Luis Flores Javier, maestro en Tae Kwon Do, cinta negra 6º Dan, quien desde hace 28 años dirige la escuela de TaeKwonDo Bodhidharma, la primera escuela de TKD en Tequisquiapan. Es esposo, padre y abuelo de tres hermosas niñas.

Con la generosidad que le caracteriza, nos ha abierto las puertas de su corazón para compartirnos la gran lección de vida aprendida a partir de la tragedia, tras haber sufrido, hace veintiséis años, un terrible accidente automovilístico que lo dejó sin poder caminar, siendo en ese entonces padre de familia de 2 hijos muy pequeños y el proveedor principal.

NousMedika: Maestro, ¿nos puede decir cómo fue para usted vivir el cambio de rol en su familia, es decir, de ser proveedor a ser quien recibe?

Mtro. Flores: Fue un cambio muy drástico, inesperado, difícil, porque piensas que no vas a poder continuar proveyendo a la familia, pero al mismo tiempo me surgían la preguntas ¿cómo y qué vas a hacer?, seguida de reflexiones sobre ¿qué es lo que puedes hacer? Para mí, el ver a mi familia y que no se sintieran desprotegidos y al mismo tiempo ver a mis hijos pequeños, para mí fue decir “¡no puedo dejar esto así! así que, ¡tengo que buscar opciones!” y eso hizo que no se me cerrara el mundo.

Tenía conocimiento de otros trabajos que podía realizar sin necesidad de estar parado, ya que se de máquinas y herramientas, sin embargo el trabajo que más satisfacción me ha dado es la enseñanza del Tae Kwon Do. Al salir del hospital, que me llevó 7 meses de recuperación, a los tres días de haber llegado a mi casa, tomé la decisión de volverme a poner el dobok (traje de TKD) presentarme ante mi grupo de alumnos, pensando que si ellos me aceptaban así en mi silla de ruedas como su profesor, entonces yo podría reiniciar dando clases de TKD y gracias a ellos aquí continuo con mi escuela en Tequisquiapan, Querétaro.

NM: ¿Qué le ayudó a aceptar su nueva condición?

MF: Nunca perdí la esperanza de volver a caminar y me ejercité demasiado en mi rehabilitación, era muy disciplinado y perseverante. Después de la segunda operación de la columna, el médico me explicó a detalle mi condición, y me dijo que ya no me sería posible volver a caminar. La noticia fue dura pero definitivamente el apoyo que recibí de mi esposa, su actitud de trabajo y perseverancia me hizo sentir seguro de que saldríamos adelante, siendo ella quien me ayudó a poder aceptar mi nueva condición.

Es la presencia de la esposa, la actitud de ver la manera de apoyar, el respeto hacia uno, la lealtad y honestidad. Todo eso hace sentir seguridad.

 NM: ¿Qué cosas de la vida aprendió usted a partir de esta experiencia?

MF: A valorar más las cosas, aprendes mucho sobre la gratitud, a luchar, a respetar y a darte cuenta que uno no es eterno, y que lo que uno siembra es lo que se cosecha. Justo eso suelo decir a mis alumnos, porque eso es parte de la vida.

NM: ¿Cómo ha influido el apoyo de su familia y de sus alumnos para que usted sea quien es ahora?

MF: En un principio, el estímulo para seguir adelante fueron mis hijos pequeños, al ver en sus rostros la pregunta de “¿qué está pasando?”, pero su aceptación a partir de mi nueva circunstancia física es como pude continuar hasta donde estamos. Sin embargo, después los hijos crecen, y puedo decir que en realidad, ha sido más el apoyo de mi esposa para ser quien soy ahora. Ambos hablamos sobre proyectos, planeamos juntos, y la comunicación ha sido mejor. El tener proyectos en común siempre ha sido algo que hemos compartido desde que éramos novios.

Mis alumnos han influido mucho porque cuando que tenemos clases (desde grados avanzados), les digo que cada vez que los veo sudar, que hacen su mejor esfuerzo, que emiten un gran grito, ver que dan lo mejor de ellos, eso me hace sentir VIVO. El ver su entusiasmo al compartir sus ideas para organizar los torneos, hace que me motive mucho más.

NM: ¿Cómo ha reestructurado su vida ahora?

MF: Cuando estaba de pie mi vida era muy acelerada, y en la silla de ruedas tengo que analizar desde mi trinchera para organizarme. Por ejemplo, ya estando así, en la silla de ruedas, cuando no tenía vehículo, tenía que usar taxis y así tenía que planear con más calma y mayor conciencia.

La ganancia que he tenido, y que antes no tenía, es el tipo de confianza que ahora tengo en mí mismo, no dando por hecho lo que se tiene, sino que aun cayéndome necesito pedir ayuda para levantarme y eso es parte de la humildad. El sentirme más útil y sentir que nada está perdido aún sin mis piernas.

Hay veces que la gente se desespera porque no quieren recibir ni aceptar la ayuda de los demás y el no aprender a aceptarla, a recibir, eso te hace deprimirte y no poder continuar hacia adelante.

Yo creo que hay que aprender a aceptar la ayuda con cariño y gratitud, como cuando necesito que me ayuden a cargarme para subir las escaleras para poder dar mis clases en otra comunidad, en donde el do-jang está en un segundo piso, y ahí es cuando agradezco con cariño la ayuda de las personas.

NM: Mtro. Flores le agradecemos mucho su tiempo y disposición para compartirnos su experiencia de vida.

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Editorial NousMedika

Dra. Xochitl L. Meneses S.-
Entrevistadora

IMAGEN: Por Guadalupe Sánchez G.

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Revista 3 – Sep2019

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