Historias de vida en el cáncer masculino (desde una visión existencial)
Por el Dr. J. Antonio Meneses Hdez.
Tradicionalmente y desde la óptica de la medicina convencional, materialista y reduccionista, el cáncer del hombre, especialmente de sus órganos reproductores (próstata, testículos y pene), es visto únicamente como una alteración celular ligada al azar, es decir, que a “unos les toca y a otros no”, pero desconoce el porqué.
En este artículo pretendo dar una explicación a lo inexplicable para la “medicina basada en la evidencia.”
Tal y como lo he anotado en artículos anteriores, de la misma manera como lo apunto en mis conferencias, soy un convencido que la enfermedad no es cosa de “mala suerte”, y obedece a cómo vivimos y respondemos a los cuestionamientos de la vida; es decir, a nuestro medio ambiente o entorno.
Todas las enfermedades las podemos explicar y entender cuando nos adentramos a la “historia de vida” de cada paciente; que como nuestras huellas digitales, es única y obedece a nuestra peculiar constitución afectiva y nuestra manera, muy particular, de mirar al mundo.
Este es un arduo trabajo para el médico, en el cual nunca le adiestraron durante su formación universitaria; es más, lo que aprendió es que el aspecto psicológico, no sirve para nada. Por este motivo, esta parte inseparable del ser humano, el alma (pensamiento, sentimiento y voluntad), es atendido principalmente por el área de la salud del alma, a lo que yo llamo médicos del alma, profesión conformada y desarrollada actualmente por psicólogos, logoterapéutas, maestros en desarrollo humano, en terapia Gestalt, etc.
Ahora bien, sabemos perfectamente, gracias a las grandes investigaciones y aportaciones de la Biología Celular, los cambios celulares que ocurren hasta el nivel molecular y enzimático para que una célula programada para reproducirse indefinidamente, de acuerdo a un patrón programado y regulado por el DNA y RNA, se convierta en una célula cancerosa, con capacidad para reproducirse un sinnúmero de veces, perdiendo su constitución y diseño original.
Después de exponer lo anterior a manera de preámbulo, empezaré a desarrollar este artículo en lo que lleva como título “Historias de vida en el cáncer masculino”, con la mirada puesta en lo que ocurre afectivamente, aun antes del nacimiento de ese nuevo ser, cuando se encuentra en el vientre de la madre.
Sabemos que todo nuestro comportamiento (al referirme al comportamiento o conducta me remito, en términos de Psicología, al conjunto de respuestas -bien por presencia o por ausencia-, que presenta un ser vivo, en relación con su entorno o mundo de estímulos. Puede ser consciente o inconsciente, voluntario o involuntario, etc. según las circunstancias que lo afecten. La ciencia que estudia la conducta y el comportamiento animal, es la Etología y la ciencia que estudia la conducta desde el punto de vista de la evolución, es la Ecología del Comportamiento), produce una serie de moléculas químicas, neurotransmisores, neuropéptidos y enzimas, que actúan de manera directa o indirecta, en las reacciones químicas que se producen en el entorno extra e intracelular y que regulan el correcto funcionamiento y reproducción celular.
La formación de los órganos reproductores masculinos, obedece a la estimulación de hormonas “androgénicas”. Éstas se producen en estructuras cerebrales especializadas como el tálamo y la glándula hipófisis, sin embargo, éstas se ven influenciadas por estímulos provenientes del hipotálamo y la amígdala cerebral en donde se registran las emociones ante el estrés, que pueden alterar o no la síntesis hormonal que se requiere para dicha formación de los órganos reproductores.
Es a partir de esta conversión, que la ciencia médica, únicamente mira cualquier enfermedad en el terreno de lo bio- lógico; ignorando todo lo acontecido con anterioridad en la vida de una persona y es por ello que un gran número de enfermedades son calificadas como idiopáticas o de causa desconocida, incluyendo por supuesto, el vasto grupo de enfermedades que constituyen el cáncer.
Empezaré por considerar un tipo de cáncer en el hombre, que es considerado debido a la falta de descenso de los testículos, desde el lugar de su origen a nivel lateral de la cicatriz umbilical (unos 10 cms. aproximadamente), a la bolsa del escroto, recorriendo en su paso en un cordón intra-abdominal, que lo conducirá a su posición definitiva.
Se trata de un padecimiento técnica- mente denominado Criptorquidia y cuando los testículos se quedan retenidos en su trayecto, se atrofian y este es el motivo por el cual normalmente entre los 18 y 24 años de edad, se presenta el cáncer testicular. Normalmente la maduración sexual completa, se produce durante los primeros seis meses de vida intrauterina por lo que al noveno mes, estos deben encontrarse ya en el escroto.
¿Qué sucede, desde el punto de vista existencial, para que no se produzca el normal descenso testicular? Revisaremos lo que con frecuencia acontece dentro del vientre materno, a causa de los pensamientos y deseos de la madre.
Lo más frecuentemente observado es el deseo del matrimonio de tener una hija, en donde toda la ropa comprada para el bebé, el mobiliario e incluso el color del cuarto, es rosa. En el pensamiento de la mujer sólo existe el deseo de una hija; este hecho produce por un lado, un freno al estímulo que produce las hormonas androgénicas y, por otro lado, el estímulo de las que hacen que se produzcan las hormonas sexuales femeninas.
El tratamiento de la criptorquidia, antes del primer año de edad, consiste únicamente en una actitud expectante del médico, basada en la inspección; ya que muchas veces, el testículo desciende espontáneamente durante ese lapso de vida. Cuando ha rebasado el año y medio de edad y no se aprecia el descenso, se indica tratamiento hormonal o quirúrgico.
Las consecuencias de la falta de descenso testicular son:
- Esterilidad
- Cáncer testicular
III. Algunos casos de homosexualidad (debidos al predominio de las hormonas femeninas sobre las masculinas), como consecuencia de hipoplasia o atrofia testicular.
Para el caso del cáncer de pene y prós- tata, los factores externos que contribuyen a su aparición, de acuerdo a lo que he podido observar en mi experiencia profesional, a través de estudiar y comprender las Biografías Clínicas (historias de vida) de mis pacientes en relación a sus padecimientos; lo que puedo señalar como cau- sales existenciales en orden cronológico son:
1) Codependencia con la madre hasta una edad avanzada, “mamitis”.
2) Muerte de la madre con una prolongada etapa de duelo.
3) Pésima relación con la figura paterna, no superada y con reminiscencias destructivas.
4) Divorcio no resuelto emocionalmente.
5) Infidelidad de la pareja.
6) Sometimiento a la autoridad femenina.
7) Muerte de la esposa, la mayor parte de veces después de un largo periodo de agonía, por cáncer de mama.
8) Abuso de andrógenos químicos para prolongación de la vida sexual. Ésta es una de las causas químicas que afectan, pero la causa principal radica en un desorden emocional al no aceptar las diversas etapas de la vida como un proceso normal, y querer vivir con una mente joven en un cuerpo viejo.
Como vemos, estos padecimientos requieren urgentemente, si lo que se busca es la recuperación de la salud, de una intervención psicoterapéutica en la pareja, para el primer caso y, en el paciente, para el caso del cáncer de pene y de próstata.
Sólo si aunamos al tratamiento médico el psicoterapéutico, lograremos un éxito total en el tratamiento de estas enfermedades.
El siguiente mapa mental resume los acontecimientos existenciales más frecuentemente observados en mi experiencia médica, los cuales no pretenden ser una sentencia, ya que cada caso es diferente porque somos seres humanos únicos… cada uno con su propia historia de vida.
Dr. J. Antonio Meneses Hdez.
Rector del Instituto Mexicano de Inmunología General
e Inmuno-Oncología A.C.
IMAGEN: Encabezado: Diseñada por Freepik
Mapa mental: Por Dr. J. Antonio Meneses Hdez.