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El cáncer en los niños

Por el Dr. J. Antonio Meneses Hdez.

Antes de adentrarnos en este tema, debemos explicar de una manera sencilla lo que son las emociones y el estado emocional, ya que es importante comprenderlo para entender el “Porqué el cáncer en los niños”.

Las emociones se clasifican en innatas, o aquellas con las que se nace, y secundarias, que son aprendidas en el curso de la vida.

El estado emocional, a diferencia de la emoción que es transitoria y de corta duración, es una manera habitual de responder en la vida.

La siguiente es una clasificación básica de las emociones, en relación a lo anteriormente expuesto.

Clasificación de las emociones

Emociones primarias: Son aquellas que aparecen con gran rapidez. Se originan en la amígdala y son innatas.

* Ira: genera rabia, irritabilidad
* Alegría: euforia, gratificación, felicidad. Ganas de volver a sentir este tipo de situaciones
* Tristeza: soledad, pena
* Miedo: nos prepara ante una amenaza, se anticipa a ella, y produce nerviosismo e inseguridad o ansiedad entre otros estados.
* Aversión: tendencia a alejarnos de aquello que rechazamos, que nos da asco, que nos ofende, etc.
* Sorpresa: el sujeto se siente sobresaltado, desubicado, asombrado y con cierto grado de desconcierto.

Emociones secundarias:

*Vergüenza
* Orgullo
* Excitación
* Ansiedad
* Inseguridad
* Esperanza

Para la Psiconeuroendocrinoinmunología (Meneses, A.), ciencia que se encarga del estudio de las emociones y su impacto (negativo o positivo), a través de las estructuras nerviosas, en el sistema glandular o endócrino, e inmunológico o de defensa,”una proteína, es una molécula de emoción”.

Pues bien, una vez conocido esto, pasaremos a explicar que es lo que sucede (libro Historias de vida y enfermedad. Meneses, A./Meneses, X.):

“El óvulo, es básicamente una esfera, mismo que es fecundado por el espermatozoide. Es a partir de la forma esférica, como se inicia la formación del nuevo ser; los efectos de esta forma se apreciará y los podremos apreciar en el niño, hasta la segunda dentición, aunque cada vez en menor grado. La cabeza del hombre (se utiliza de manera general, las palabras niño y hombre, haciendo alusión a hombre-mujer y niño-niña) fue creada esférica como la Luna, El sol, las estrellas, cómo la Tierra, como el movimiento que describen los planetas en su orbitar alrededor del Sol, como la gota de agua. Por este motivo, el hombre es universal y cada animal, representa una especialización del hombre. Por ejemplo, el perro tiene un olfato más desarrollado que el del hombre. La víbora, tiene un sentido táctil más fino que el hombre, ya que a dos metros de distancia puede percibir el calor que emana de un cigarrillo. La gacela y muchos animales más, alcanzan velocidades muy superiores a las que puede desarrollar un hombre. La fuerza física de muchos animales, es superior a la del hombre, aun de animales más pequeños que él, como el chimpancé. Esto último, la fuerza física, no es tema de discusión, si se le compara con la fuerza de un gorila. De esta manera, podemos encontrar infinidad de capacidades, en las que los animales superan al hombre, y esto obedece a que el animal se encuentra altamente especializado, en alguna actividad o función.

Sabemos que el águila, ha desarrollado una visión mucho más perfecta que el hombre. Entonces ¿en qué radica la superioridad del hombre? ¿Por qué se considera al hombre como la coronación de la Creación? O en otra manera, ¿por qué en la escala de la evolución, se le considera superior a los animales? La superioridad radica, en que ¡es poseedor de un espíritu!, el cuál le permite y le capacita para ser creativo, tener aspiraciones, imponerse metas. En otras palabras, ha sido creado para ¡no buscar en el suelo, lo que sabe se encuentra en el cielo! El ser humano, por no ser especialista, lo puede todo; por ser universal, tiene acceso a todo. Los animales tienen un espacio vital muy delimitado –Todo animal, vive en un espacio muy reducido y no permite la entrada de extraños a su espacio, ni sale del mismo-. A diferencia de los animales, ¡El hombre se introduce en el mar!, ¡Escala montañas!, ¡El hombre vuela por los aires!, ¡Sube a la luna!, ¡Explora el espacio!, Y todo esto es posible, gracias a un cerebro, contenido dentro de una cabeza esférica, que le hace semejante a la forma cósmica vital y lo hace universal. Si el hombre se especializa (música, deporte, ciencia, tecnología), pierde su condición humana. El hombre es un ser cósmico y así lo revela la forma esférica de su cabeza; más no sólo es un ser cósmico, sino también terrenal: terrestre y cósmico. Se constituye en el punto de encuentro, entre las fuerzas del cielo y las de la tierra.

En el segundo mes de desarrollo embrionario, la cabeza compone la mitad de la longitud total del embrión. Las extremidades se presentan como accesorios secundarios del tronco. En el recién nacido, la cabeza constituye ocupa el veinticinco por ciento de la longitud total del cuerpo y conserva la forma esférica. En la persona adulta (veintiún años), la cabeza constituye la octava parte de la longitud del cuerpo y se ha modificado considerablemente, la forma de la misma.

Cuando el nuevo ser se encuentra dentro del vientre de la madre, llegan hasta él (en forma de moléculas químicas), los miedos, las angustias, las preocupaciones, la felicidad, el gozo, la tranquilidad y la paz, expresado en una frase… los sentimientos y emociones de la madre. El embrión y el feto, perciben de igual manera, los sentimientos maternos, sin poder reconocer ni diferenciar el estímulo estresor del placentero; más aún, sin siquiera conocer el nombre del sentimiento. El nuevo cuerpo que habita, y se forma dentro de la madre, únicamente siente –sentimientos que no le son propios y que a partir de ese momento, estarán condicionando una buena parte de su futura forma de respuesta (o estrategia de afrontamiento) –ante los diferentes estímulos de su vida terrenal-. Estas sensaciones discurren a través del cordón umbilical, por mediación de neurotransmisores, neuropéptidos, aminoácidos, endorfinas, etc., producidos por la madre, como consecuencia del estado emocional del que se trate.

Para entender este hecho con mayor claridad, citemos un ejemplo: “la madre es perseguida por el cónyuge ebrio, drogado y deseoso de descargar sus frustraciones maltratando a la mujer. Ella huye angustiada y poseída por el pánico”. Obviamente el niño(a) que se encuentra en su vientre, no sabe lo que está ocurriendo pero si puede percibir los mismos sentimientos de la madre, con la misma intensidad que ella, ya que las sustancias químicas producidas en la progenitora y vertidas en su torrente sanguíneo, ante los diferentes estados emocionales, las comparte con su vástago.

El embrión (de la fecundación hasta la doceava semana de gestación), o el feto (de la doceava semana hasta el término del embarazo), ignoran que es la angustia, el miedo, el pánico, el gozo, la felicidad, etc., pero ya desde esa etapa, empieza a vivenciar y a identificarse con esos estados emocionales y durante toda su vida futura se hará hábil para suscitarlos y reproducirlos, ante el menor estímulo estresante; o bien, ante cualquier estímulo productor de tranquilidad, paz, felicidad, con las consecuentes tendencias morbosas (enfermantes) o sanadoras…”

“…Una vez que es cortado el cordón umbilical, el infante vive y percibe el medio ambiente, como una prolongación de su cuerpo… Y toda impresión del mundo exterior penetra hasta el nivel corporal, dejando huellas beneficiosas o nocivas, de salud o enfermedad…”.

De estas vivencias el niño aprende y mucho de lo que juzgamos como herencia, podemos afirmar: se trata de inducción de actitudes o dicho en otras palabras condicionamiento ambiental familiar. A partir de este momento, empieza a aprender a enfermar o a conservar la salud, en base a lo que recibe del medio. Mucho del comportamiento del niño, al que juzgamos como “malo”, deberíamos buscarlo –o más bien responsabilizarlo- en los padres. El niño con manifestaciones nerviosas o estrés, a cualquier edad, no hace más que reflejar, lo que vive en el alma o el organismo, de la madre o el padre.

Este hecho cobra un significado de capital importancia en la Medicina, si queremos entender el porqué de la frecuencia cada vez mayor, de las enfermedades crónico degenerativas en niños; tales como, reumatismos, cáncer, insuficiencia renal, etc., donde la visión científico-materialista, mecanicista y reduccionista, no nos brinda ninguna explicación satisfactoria.

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Dr. J. Antonio Meneses Hdez.

Rector del Instituto Mexicano de Inmunología General
e Inmuno-Oncología A.C.

IMAGEN: Diseñada por Freepik

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Revista 2 – Mayo2019

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