En este número queremos dar especial importancia a la salud de los niños y cómo las enfermedades que los afectan, así como los síndromes conductuales de tanto revuelo hoy en día, tienen mucho que ver con las emociones que están experimentando y que, muchas veces, pasamos por alto creyendo, por ejemplo, que no entienden las situaciones por las que pasan los adultos de su entorno o que son tan pequeños que tal vez su emociones no son tan profundas como las de un adulto.

Es nuestra responsabilidad como adultos darles un ejemplo de cuidado personal en el sentido más profundo, de enfrentar las situaciones difíciles de una manera asertiva y, por sobre todas las cosas, hacerles saber que pueden comunicarse con nosotros sin que tengan temor a un regaño, a una burla o a la falta de interés.

Somos seres en crecimiento y nunca es tarde para darnos a nosotros mismos la experiencia de cambiar para mejorar y regalarles un mejor entorno a nuestros niños y adolescentes y, como resultado, les estaremos regalando también salud física.